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lunes, 30 de septiembre de 2013

Ilusiones del pitufo

Será que tengo hoy el día bisiesto en todos los sentidos, basta que no ocurra siempre para querer aprovecharlo como buenamente pueda. Mis limitaciones en la articulación del hombro ya no son tales y después de una nueva sesión de fisioterapia puedo comprobar que casi estoy recuperado -pruebas realizadas a medio gas, poco veraces en situaciones reales- para darlo todo de nuevo. El título lo dice todo.

Creo yo, sin ánimo de dar lecciones a nadie, que es mejor intentarlo a riesgo de siniestro total -sin implicar a terceros claro está- que arrepentirse a posteriori de no haber dado más teniendo capacidad para ello. Así que prefiero una vida activa que contemplativa, un tropezón a evitar subir el escalón, no sé si me explico; esa expectativa de enfrentarte a lo que pueda venir activa el organismo, eleva la moral y remineraliza el cuerpo serrano. Cada loco con su tema.

Hoy, aprovechando esta gallardía matutina, voy a comprar dos cositas que me hacen falta para bricolear en el garaje y a darle caña al tema, poca cosa, unos ladrillos, cemento, alguna madera, herrajes, ... En este momento supongo que en un par de horas dejaré todo listo; dentro de dos días me daré cuenta del error en el cálculo. Como siempre.

jueves, 19 de septiembre de 2013

Caricatura de una criatura

Los animales tienen comportamientos que ya quisiéramos los humanos poseer. Mi perro, por poner un ejemplo, espera por mí hasta que aparezca, da igual si son quince minutos o quince horas; tal grado de fidelidad no lo he visto nunca en una persona. Una vez me lo dejé olvidado en la playa, se me hizo de noche en el agua (llevaba unas tres horas dentro) y cuando salí me olvidé que había traído al animal; conduje hasta casa, una vez allí me vino la luz y arranqué de nuevo preocupado -a buenas horas- a ver si seguía esperando en la orilla. Por supuesto que estaba.

El chucho, si hablara, podría contar unas cuantas. Ayer estuve pescando, lo llevé a las rocas y se pegaba al acantilado con un mar de tres pares; cuando la ola golpeaba en las piedras, saltaba la espuma hasta ponerlo pingando. Se manejaba sobre el filo de la navaja mucho mejor que su dueño, yo, asustado, no paraba de decirle que se fuera de ahí -el perro está sordo como una tapia, son trece años de cocker spaniel con orejas problemáticas- aunque él parecía disfrutar el remojón. Si se cae al agua no sé si lo podría llegar a rescatar, sinceramente creo que no.

Este último año ha sufrido un bajón físico bastante acusado, en un principio se trataba de un ataque de reuma. Lo llevamos al veterinario a que le hicieran unas radiografías pero todo daba bien, problemas auditivos, oculares, poco más; el tipo lo achacaba a la edad, normal dentro de su perfil, en la media. Yo, que conozco a mi perro y sé de su vitalidad, desconfío de su diagnóstico. Me niego a creer que haya entrado en la tercera edad, prefiero pensar que es inmortal.

miércoles, 18 de septiembre de 2013

The overacted bottle

Quiero dejar claro que al igual que reza el título del blog aquí las opiniones son personales, e intransferibles en muchos casos, lo digo por si a alguien se le ocurre la brillante idea de tomarlas como un consejo. Viniendo de quien vienen no lo recomendaría.

Un servidor, que intenta vivir con valentía, admira a quien lo hace a mayor escala, independientemente de su formación, meta o ideología política (vaya, vaya). Bueno, dejando las sentencias al margen, le doy un nueve alto al discurso de la alcaldesa de Madrid para intentar convencer a los miembros de COI. Esta nota sólo refleja el grado de osadía, poco o nada valora el resultado o la idea en sí. Hace falta echarle bemoles para largar semejante oratoria ante toda esa peña: texto extranjero memorizado de pé a pá, politiqueando en inglés sin tener ni idea del idioma, extremadamente enfatizado, apelando a la conciencia de los allí presentes -y a la de los televidentes-con fines electorales, propagandísticos, ..., la ostia.

Paso de evaluarla en otras asignaturas, ya está muy manida la historia, poco tengo que decir a mayores; lo que sí me gustaría es que los políticos explicasen claramente al ciudadano de a pie que ellos/as no tienen que saber inglés para desempeñar un cargo nacional, que no pueden perder el tiempo en gilipolleces, deben estar a lo que tienen que estar, a cuidar de los pueblos y sus gentes, y contratar traductores -muchos de los cuales están en el paro- que harán que sus discursos -en español y por lo tanto más complejos- suenen como tienen que sonar y lleguen a sus receptores de la manera más clara y profunda. Es que, es que.

jueves, 12 de septiembre de 2013

Giratorios, carnada, aletas y remada

En el mundo en el que vivo -fuera del ámbito laboral- casi todo está relacionado con el mar, no concibo otra forma de ocupar el tiempo libre. Estos últimos meses -desde el 2 de Julio para ser concretos- han pasado volando: operación, diez días de dolor, Ibiza, Cádiz, regreso, autorehabilitación gradual (buceo, pesca, piragua, bmk) y fisioterapia profesional. Para ser sinceros he tenido un verano como el de los niños, todo el día rascándola, de baja laboral, con la única intención de recuperarme lo antes posible, proyectando pequeñas metas alcanzables que me hicieran sentir el hombro de nuevo, extremadamente flácido en cuanto a musculatura y parco en recorrido no forzado. Estoy deseando volver a la normalidad, trabajar, hacer el deporte que me gusta más, sentirme útil otra vez. No luxarme más.

Este Agosto y lo que llevamos de Septiembre los he dedicado a la pesca. Sí, casi todos los días y unas cinco horas de media más o menos. Estas dos últimas semanas lo he hecho con piragua: lanzaba en la rompiente, me alejaba cien metros dejando el sedal correr, volvía al cabo de diez o quince minutos si la corriente no me había obligado a hacerlo antes y repetía la jugada una y otra vez cambiando de rocas si no lo veía claro. Es muy entretenido como ejercicio de recuperación pero normalmente no he pescado un carajo. Conozco la zona desde niño, todas las veces que salgo pienso en largar aquí o allí, pongo diferentes cebos (lombriz, camarón, chipirón), hago gestos de pescador con experiencia, pienso en verde y aún así casi nunca pica nada. No sé cuantas horas llevaré remando en total, lo que si sé es lo que he cogido: dos caballas (verdel), cuatro bogas, dos merlones, un sargo y cuatro o cinco peces de roca, en más o menos veinticinco días. Buf, me sale una media horrible, je, je.

Me agarro al dicho de que lo fundamental es pasarlo bien, suele funcionar en estos casos. Y lo que es más importante, poco o nada me he conectado a las nuevas tecnologías para entretenerme. En un futuro, cuando vuelva a la normalidad o más allá, añoraré este verano recordándolo como aquel que me devolvió las vacaciones escolares. Será señal de que sigo operativo.