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viernes, 22 de enero de 2021

El concepto de Justicia como tema recurrente

 Independientemente de la ideología de cada cual, admiro a la gente que escribe; así, a monte, a todo aquel -paso de utilizar connotaciones sobre igualdad de género que se me hace muy pesado- que intenta casar letras intentado expresar sus inquietudes. Si hay talento de por medio ya es la hostia.

Me considero un charlatán, catapultado por su afán de contar historias pero minusdotado para escribir sobre ellas, asumo mi rol con la misma dignidad con la que aporreo las teclas y quizá por ello lo sigo haciendo. Hoy va el tema sobre objetividades.

Aunque no soy autónomo ni nunca lo he sido imaginemos que contrato a alguien a quien le pago por desempeñar una tarea bajo una economía plana, con un horario definido al igual que las funciones a desempeñar, a medio brío, sin sobresaltos productivos ni cambios de última hora. Por encima de todo debe primar el bienestar del trabajador, para ello hay que quererlo y pagarle bien, si alguien falla que no sea por mi parte. Mi yo obrero así me lo exige.

Al cabo de cuatro años este trabajador por cuenta ajena me pide un aumento de sueldo por la calidad en sus funciones sumado al tiempo que lleva operativo desempeñándolas. Entiendo que no se da cuenta de cuanto lo cuido laboral y económicamente con respecto a la media, por eso flipo con su descontento. Respondo en negativo. Interiormente me hace dudar de mi concepto -tan acusado desde niño- de justicia.

Tiene que ser jodido ser jefe de una empresa si piensas como yo, a estos también los admiro.