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martes, 31 de agosto de 2010

Can codrilo

Ayer mi perro le mordió a una sobrina de mi cuñado. No le causó grandes daños pero la mordió en un pie, la niña sangró y hubo que llevarla a poner la antitetánica. Es la tercera vez que le muerde a un pequeño y en todos los casos no fue por agresividad infantil sino canina, los niños no le habían hecho nada salvo acercarse a su zona de influencia. El cabroncete es muy celoso, defiende a su dueña a toda costa y no hay solución probable.


El chucho es un cocker spaniel de color canela, tiene ocho años y la verdad es que es muy bonito, con pedigree y tal. Siempre fue malo, cuando era un cachorrito ya no quería que lo acariciasen y mordía al que lo intentara, incluídos nosotros. Quisimos por todos los medios educarlo de la mejor manera posible -lo mismo pensarán los padres de niños monstruítos-, ahora incluso seguimos la serie del encantador de perros para copiar técnicas que nos puedan servir y cosas de ese tipo. No hay manera.


Mi novia y sus hermanos planteaban la idea de sacrificar al perro porque la verdad, no puede convivir con nadie, es antisociable y encima muerde. No me parecía justo hacer eso y me opuse. Creo que al tratarse de un perro pequeño y conociéndolo como lo conozco no puede ser considerado un asesino. El animal tiene manía persecutoria y se siente acorralado muchas veces. Cuando esto ocurre, gruñe, llegando a morder en el peor de los casos. Me parecen argumentos insuficientes para la pena de muerte.


¿Qué ocurrirá a partir de ahora?. Tendrá que quedarse en casa. Los fines de semana los pasamos todos juntos, con nuestros respectivos perros, pero el nuestro se va a quedar castigado. No va a poder juntarse con los demás porque es lo menos que puedo hacer por la niña. Si lo llegara a sacrificar me sentiría culpable por no haber conseguido educar al perro en condiciones, peor sería si no tomase medidas y siguiera atacando. Lo de la niña ya ha ocurrido, no se puede volver atrás. Tengo que reconocer que el chucho es como un grano crónico en el culo.

viernes, 27 de agosto de 2010

TieBreak en Moraleja

Cuando le comento a algún amigo deportista que si le apetece venir a jugar una partida de padel, la mayoría, profanos, se ríen de mí. Eso es un deporte de pijos dicen. La verdad es que si lo piensas detenidamente no les falta razón: la cancha es pequeña -20X10m. creo-, se juega en parejas y si fallas, la pelotita se queda dentro de la pista porque los laterales están amurallados con zonas de cristal-cemento y enrejado. Las reglas son parecidas al tenis, con diferencias como que el saque tiene que ser por debajo de la cintura y la raqueta, que hace que los golpes se resten con el efecto contrario, cortando.


Después de practicarlo varias veces, muchas de ellas con gente que posee cierta habilidad para las actividades deportivas, te das cuenta que sufrir, lo que se dice sufrir, se sufre bien poco. Casi nunca sudo y acabamos las partidas con sensación de poder jugar otras tres horas más. En otros deportes no ocurre lo mismo. Estoy seguro que si jugamos contra buenos jugadores nos cansaremos más aunque la sensación será la misma.


Por eso si me comentan que no van, que les parece un deporte de pijos siempre les digo lo mismo: puede que tengáis razón pero es bastante divertido. Vosotros os lo perdéis. Por cierto, con los dos chavales que más voy a jugar ya no quieren ir con un cuarto hombre si no tiene cualidades, entonces es cuando les digo que los pijos parecen ellos.

jueves, 26 de agosto de 2010

Yo, conmigo y mimismo

Me gustaría saber hasta que punto podemos creer que tenemos talento para algo y el lugar que ocuparíamos realmente si hiciésemos una media entre la población de un lugar. En muchos casos estaríamos en el lado bajo de la balanza pero en nuestro interior somos de los mejores. Veo estas historias a diario y como no sé a primera vista quien es modesto/a y quien farolero/a suelo tender a pensar que nos ocurre a todos.


Creía que tenía cierto talento para coordinar mi cuerpo pero he visto a alguien que lo tiene de verdad y me encuentro a años luz. Como también supongo que tiendo a currante investigué a gente a la que considero humildes trabajadores y también están a años luz. Dos de las características que destacaría de mí resulta que son mentira si las comparamos de manera extrema. Me pregunto donde acaba la autoestima y comienza el narcisismo. Si desde que nacemos, nuestros padres quieren que salgamos más guapos, listos y sanos que el niño del vecino está claro que mamamos desde la cuna esta manera de ser.


Por eso cuando alguien me cuenta alguna cualidad personal suya, me permito el beneficio de la duda hasta que no lo compruebe a pie de cancha. El mundo tendría que estar más repartido con tanto crack de boquita que anda suelto por ahí.

miércoles, 25 de agosto de 2010

Por tocar las pelotas

Recuerdo la foto de los representantes de las "grandes potencias" en Portugal: Bush, Blair y Aznar acompañados por el anfitrión Barroso -que salió indemne de la quema- en las Azores. En aquella reunión repartieron sonrisas y vino mientras decidían por un país -Iraq- utilizando argumentos de pacotilla. Puedo entender que después del atentado sufrido, el ánimo de venganza de los americanos se encuentre a flor de piel pero creo que debe estar centralizado a pie de pueblo. Los que toman decisiones de tanta magnitud no deben dejarse arrastrar por las masas.

En una tierra muy lejana convivían seres humanos que no tienen mucho que ver culturalmente hablando con nosotros. La tecnología no es la misma, el desarrollo no digamos; la forma de afrontar la vida nada que ver; idiosincrasia o relaciones de género antagónicas. Es como intentar hacer un equipo de primera división con material, jugadores y presupuesto de tercera regional. Misión imposible.

Pues nada, la decisión fue otra. Represión y caza al terrorista -ojo, claro, hay que proteger a los inocentes-, búsqueda de armas de destrucción masiva desde las montañas de Tora-Bora hasta alrededores de Alcobendas, creación de una cárcel aislada a miles de kilómetros de distancia para supuestos terroristas, despachado del país en quince días,... Hemos hecho a los talibanes una recreación de los protas de la peli de 300. Invencibles.

¿Y el pueblo?, ¿de qué lado estará?, ¿apoyará a los "conquistadores" o a sus vecinos de calle, los muyahidines?. ¿Es el gobierno actual de ese país elegido democráticamente o hay tongo?. A mí no me queda duda.

Que nadie piense que estoy de acuerdo con la represión a la mujer en esas culturas pero es una guerra que deben empezar las propias mujeres del país para mejorar sus condiciones de vida. La historia se crea a base de batallas que no tienen porque ser con armas de fuego. Nuestra aportación podría ir por ese lado y no por el de la testosterona de cuatro tontos.

El atentado ocurrido hoy en Afganistán contra dos guardiaciviles y un traductor españoles a manos de un chófer de confianza dejan bien a las claras que no se puede pretender solucionar un conflicto dejando personas inocentes como representantes de un país que ha entrado en otro invadiendo su modo de vida. ¿Qué consuelo le queda a sus familias?. Les dirán que cumplían con su deber. Un deber imbécil en este caso.

lunes, 23 de agosto de 2010

¿Te acuerdas?

Recuerdo, como si fuese hoy, el dia que timbraste a casa de un amigo para preguntar por mí. Bajé en seguida pues te apreciaba tanto que no podía hacerte esperar.


Y allí estabas tú, con ese pantalón blanco que te sentaba espectacular; la verdad es que eras -eres- muy guapa. Tenías algo que confesarme, tu amiga, mi chica, me la había pegado con otro y, con esa nobleza que siempre te caracterizó, me lo dijiste de manera clara, serena y con cierta pena. Te respondí que daba igual, ya sabes como soy, que era su problema y que yo a otra cosa mariposa, que no iba a loquear por una tía así. Lo cierto es que quizá gracias a tí, a tu manera de ser, no me dolió tanto.


Desde ese día dejaste de ser una amiga para ser mi colega. A día de hoy eres parte de mi vida. Te quiero como si fueses mi hermana, tienes un corazón que no te cabe en el pecho.

lunes, 9 de agosto de 2010

Terraza al aire libre

Organizar una cena de familia tiene tela. No hay manera de poner a la gente de acuerdo.

Mi primo, que es asturiano pero se encuentra de vacaciones en las rías baixas, me llamó por teléfono pues le apetecía que nos juntásemos todos los primos, con nuestros padres, quedar en un local para cenar y hacer un poco de piña pues últimamente no nos vemos mucho. Una idea estupenda le comenté yo.

Decidimos que me encargaría yo de buscar local para hacer una reserva. Al día siguiente ya sabía a dónde los iba a llevar: terracita, buena comida, buenos precios y en pleno centro. Vamos, un planazo.

Esperé unos días para reservar porque el tiempo en Galicia ya sabemos como es y no quería chafar la cena con lluvia. En cuanto me enteré que no iba a llover, reservé y comenté a los demás el lugar y la hora. Todos estaban conformes con la elección. Hasta ahora todo sobre ruedas.

Esa mañana amaneció raro. El día era gris y hacía viento. Aunque con dudas, tenía confianza en que no llovería pues tantos años a pie de mar te da cierta experiencia. Quienes no tuvieron confianza fueron los demás.

Mi madre me llamó tres veces ese mismo día para decirme que iba a llover, que hacía viento, que si no haría frío por la noche, .... Mi tía -hermana gemela de mi madre- otro tanto de lo mismo con sus hijos. Con decir que la última llamada que recibí fue preguntándome si no darían temporal para por la noche. Recordaros que la cena la organicé yo.

Con la responsabilidad sobre mis espaldas me eché el equipo encima y seguí intentando dar seguridad y confianza. Parecía el meteorólogo de Antena 3, cada hora daba un parte. Creo que toda esa presión era más nerviosismo por el encuentro familiar que preocupación climatológica. Al final, ni llovió, ni hizo viento; la comida fabulosa y las medallas me las llevé yo. Así todo hay que saber sufrir para conseguir ciertos objetivos, sobre todo si éstos van relacionados con la familia. Para otro año delego. Por cierto ni mi primo ni yo pagamos un duro; los mayores se pusieron farrucos, no hubo forma de cerrarles la cartera... se pusieron lindos con el Albariño los tíos y estaban con lo de la exaltación de la alegría.

jueves, 5 de agosto de 2010

El murmullo de los felinos

Un poco entre el tumulto vimos un hueco y nos colamos. Tu mano y la mía se apoyaron para dejar una huella difícil de borrar. La confusión puede alojar una duda que lo hace más atractivo si cabe, más peligroso. Es la llamada de la selva. Todo instinto.


Nos gusta manejarnos en estos terrenos, somos expertos porque es algo innato. No presumimos porque es el sigilo lo que nos hace fuertes, forma parte de nuestra forma de ser. No sabemos más y lo sabemos; quizá ser reflexivo no encaje con nosotros, no se nos da bien.


Quiero contarte algo, tengo las cosas claras y a mí me vale. A los demás les descoloca que sea así por eso intento compensar por otro lado, quiero ayudar. Sé que no soy nada y me aprovecho de ello. Disfruto de la naturaleza cuando puedo y no cambio tiempo por dinero si pierdo mi libertad. Soy afortunado.


Me gustan los animales, no tienen remordimientos porque reaccionan ante las emociones sin fingir, lo que los hace más honestos que nosotros, seres humanos. Por un momento me sentí uno de ellos y puedo decir que lo he disfrutado. Ha sido una gran experiencia.