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viernes, 27 de agosto de 2010

TieBreak en Moraleja

Cuando le comento a algún amigo deportista que si le apetece venir a jugar una partida de padel, la mayoría, profanos, se ríen de mí. Eso es un deporte de pijos dicen. La verdad es que si lo piensas detenidamente no les falta razón: la cancha es pequeña -20X10m. creo-, se juega en parejas y si fallas, la pelotita se queda dentro de la pista porque los laterales están amurallados con zonas de cristal-cemento y enrejado. Las reglas son parecidas al tenis, con diferencias como que el saque tiene que ser por debajo de la cintura y la raqueta, que hace que los golpes se resten con el efecto contrario, cortando.


Después de practicarlo varias veces, muchas de ellas con gente que posee cierta habilidad para las actividades deportivas, te das cuenta que sufrir, lo que se dice sufrir, se sufre bien poco. Casi nunca sudo y acabamos las partidas con sensación de poder jugar otras tres horas más. En otros deportes no ocurre lo mismo. Estoy seguro que si jugamos contra buenos jugadores nos cansaremos más aunque la sensación será la misma.


Por eso si me comentan que no van, que les parece un deporte de pijos siempre les digo lo mismo: puede que tengáis razón pero es bastante divertido. Vosotros os lo perdéis. Por cierto, con los dos chavales que más voy a jugar ya no quieren ir con un cuarto hombre si no tiene cualidades, entonces es cuando les digo que los pijos parecen ellos.