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jueves, 5 de agosto de 2010

El murmullo de los felinos

Un poco entre el tumulto vimos un hueco y nos colamos. Tu mano y la mía se apoyaron para dejar una huella difícil de borrar. La confusión puede alojar una duda que lo hace más atractivo si cabe, más peligroso. Es la llamada de la selva. Todo instinto.


Nos gusta manejarnos en estos terrenos, somos expertos porque es algo innato. No presumimos porque es el sigilo lo que nos hace fuertes, forma parte de nuestra forma de ser. No sabemos más y lo sabemos; quizá ser reflexivo no encaje con nosotros, no se nos da bien.


Quiero contarte algo, tengo las cosas claras y a mí me vale. A los demás les descoloca que sea así por eso intento compensar por otro lado, quiero ayudar. Sé que no soy nada y me aprovecho de ello. Disfruto de la naturaleza cuando puedo y no cambio tiempo por dinero si pierdo mi libertad. Soy afortunado.


Me gustan los animales, no tienen remordimientos porque reaccionan ante las emociones sin fingir, lo que los hace más honestos que nosotros, seres humanos. Por un momento me sentí uno de ellos y puedo decir que lo he disfrutado. Ha sido una gran experiencia.