Hoy tengo la sensación de haber mentido, o por lo menos ocultado la verdad que no sé si es lo mismo, y lo que es peor, he perdido la confianza que había depositado en mí la persona que más quiero - quizá no se lo demuestre, o eso me dice-; la vida es dura dicen, y a mí me ha tocado uno de esos días en que lo parece aunque siempre me empeñe en reflejar lo contrario.
La palabra no sirve en este caso concreto, la mía al menos, por mucho que apele a ella, al honor y a todas esas giliflautadas que a veces se me ocurren y me hacen parecer un charlatán vendedor de brebajes sanadores en el viejo oeste. La disculpa tampoco funciona, ni el reconocimiento, ni la hemeroteca de la dicha y mucho menos la intención de parchear con ventosas una seria abolladura. A ver como salgo impune de este cargo que se me acusa. Encima me creo abogado.
Hoy vuelvo a casa después de una semana trabajando fuera (en total tres meses), me da miedo llegar y encontrarme solo.