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martes, 11 de febrero de 2014

Comprar en la red

Los centros comerciales que más me gustan están en mi ordenador, a golpe de clic visito todas las tiendas, sin paseos, agobios ni colas de espera; encuentro siempre lo que busco, comparo, elijo el mejor precio y a los tres días recibo mi pedido en casa. Todo parece perfecto, sin embargo interiormente no me siento tan bien.

Soy muy de mi pueblo, estoy encantado de ser de aquí, hago todo lo posible por apoyarlo pero dejo que parte de mis beneficios naveguen a otros lugares mediante transferencias bancarias: su pedido ha sido procesado con éxito estimado señor fulanito de tal, en breve recibirá el envío, muchas gracias por su compra. Son pequeñas cantidades que sumadas a las de otros compradores como yo ayudan a empobrecer zonas de origen, porque, desgraciadamente, el comercio no avanza por igual geográficamente hablando. El problema lo tengo en casa, en la red más bien, me engatusa, hace que me resulte divertido ir de tiendas, algo que odio hacer físicamente aún consciente del daño que provoco en mi entorno. Es como descuidar a la familia. Snif.