- Mira, con ese nombre tienen que poner algo rico, vamos a comer aquí que además tienen terraza.
* Esta entrada va dedicada a todos aquellos restaurantes en los que sus dueños deciden -cosas del marketing- identificar el mismo como que está por encima de la media, pudiendo catalogar su cocina como bistró, delicatessen, vanguardista, de diseño, gourmet, boutique, de autor...
De primero parrillada de verduras: tres rodajas de berenjena, media zanahoria, seis finas lonchas de calabacín, dos champiñones y medio tomate, todo ello a medio hacer y espolvoreado con perejil de congelador y una pizca de sal; aceite le echas tú que hay encima de la mesa.
De segundos, un entrecot de ternera con mucha grasa pasado con poca ilusión y un solomillo de pollo a la pimienta verde -así se llamaba el plato- que en realidad era una pechuga cruda y una salsa cortada inundada de bolitas que si llega a estar un poco más oscura parecería un ferrero rocher pasado por el micro.
Dos cocacolas, pasamos de postres. 52 pavos.
No sé si es que veo tanto programa de cocina que ya me he vuelto un sibarita, quizá soy bueno entre fogones o el precio influye; para mí que ninguna de las tres anteriores, una mierda de restaurante, dan ganas de poner el nombre y la ubicación, por si sirviera de algo; igual hasta si los etiqueto genero publicidad para mi blog. Buff, va en contra de la normativa de este sitio, se salvan por eso.