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lunes, 6 de noviembre de 2023

Desde siempre tatoo

 Ya he comentado en alguna otra ocasión que, debido a mi profesión, me encantan los tatuajes, de igual forma que un lienzo bien pintado, un talentoso graffiti, o un dibu hecho a mano. Admiro la forma de plantear líneas, colores, trazos o cualquier técnica empleada por tan asombrosos artistas, así me llame la atención por algo. Como soy muy de originales no me planteo el arte como algo perpetuo, en parte porque esa originalidad acaba convirtiéndose en más de lo mismo con el paso del tiempo, por todo ello no veo motivo para mantener una obra por los siglos de los siglos. Si cuelgo un cuadro en el salón, por muy bonito que sea, nunca será eterno ya que llegará un día en que me aburra de él y decidiré poner otra cosa en su lugar, como ya me ha sucedido en muchas ocasiones.

Opino lo mismo para las impresiones en la piel, tarde o temprano acaban aburriendo, desgastando su viveza y replicando en otras falsificadas dermis tal insólito derroche de tinta. Soy más de cicatrices.