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miércoles, 22 de enero de 2014

Enseñar la carita

Desde que eliminé mi nombre de este blog me siento un poco escudado, no quiero dejar de decir cosas ni hablar de más por este motivo, prometo seguir siendo el mismo. Siempre.

Un pisaletras como yo, aprendiz de mucho, maestro en nada, disfruta mostrando lo justo y necesario, comprometido pero parco, así defino mi espacio virtual. Comento esto por lo siguiente:

Todos los años, una conocida revista digital, me ofrece participar en un concurso de blogs -hace unos años por un ataque de ego me animé, ya lo comenté aquí-, últimamente declino su invitación porque no pinto nada publicitándome en ningún sitio ni quiero sentirme juzgado por ello, tampoco tendría mucho sentido si ni siquiera admito comentarios de terceros en mis entradas, me gusta condenarme al ostracismo y eso es incompatible con todo esto. Como en la vida real me gusta dar la cara cuando levanto la voz y no me escondo resulta muy reconfortante relajarme entre unos y ceros, por eso hay que seguir en esta línea aunque a veces la tentación llame a tu puerta. Pido disculpas a aquel distinguido escritor que cierto día tuve la osadía de enviarle un correo con mis credenciales buscando no sé que tipo de respuesta.