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viernes, 14 de diciembre de 2012

Echando unas risas

Ya que estamos un poco dejados de la mano que maneja el cotarro y como en el cuento de la buena pipa nunca se acaba, habrá que tomarse la historia en plan broma que incluso parece un chiste.

Los restaurantes están vacíos, bueno digo los restaurantes por poner un ejemplo, ¿a quién beneficia esta austeridad?, ¿quizá los recortes tengan algo que ver con Bruselas, la Unión Europea o la madre que los parió?. Sí, venga, ya sabemos que lo hicimos mal, todos, pero basta ya de tanta tacañería e invirtamos, para eso hacen falta muchos puestos de trabajo, ¿y si sale mal?, ¿peor que esto?, imposible. Yo, personalmente, desde que comí mi primer yogur, ya me acostumbre a la buena vida, quiero seguir disfrutándola, creo que tengo capacidad para sacar a mi familia adelante así que me merezco un puesto de trabajo, además, confío en mí y en mis posibilidades para aportar mi granito de arena en beneficio de quien me contrate, intentaré sumar siempre.

Esta reflexión no es personal, lo piensan millones de personas que hoy están en el paro; entonces, si hay tanta gente preparada, ¿por qué no se les da una oportunidad para que lo demuestren?. La pelota lleva tiempo en un tejado que yo me sé.

Mientras tanto, toda esa gente sigue ahí, esperando, y quien tenga la suerte de ser optimista aún se echará una risas algún día con sus colegas, olvidando por un momento el sentimiento de una culpa que no es suya.