Nunca he visto mi ciudad tan engalanada de adornos navideños, es otra forma de demostrar que a pesar de la tendencia que seguimos en materia laboral -caída en picado- somos un pueblo orgulloso y que antes que perder esa condición preferimos morir con las botas puestas, sin un puto duro pero gastando siempre el último cartucho como si hubiera detrás un arsenal. Esta condición nos viene de lejos, forma parte de todos los que aquí nacimos, nacieron y creo nacerán; renegar de ello suena a pérdida de identidad.
Poco descubro si digo que cada vez hay más pobres que hace dos días eran de clase media pero la proporción de ricos que pasaron a clase media no es la misma. Aquí algo pasa, desde fuera parece que no arrimamos el hombro por igual, como primera medida todo aquel que tenga residencia habitual en este país -me refiero a donde vive no donde cense- se le habilitarán sus correspondientes libretas de ahorro en el banco que considere oportuno el cliente con transferencias gratuitas a todo nivel y así trasladar aquí todo el dinero de sus cuentas de países no declarantes, no vaya a ser que esos impuestos evadidos hagan falta para necesidades básicas de la nación. El gobierno se encargará de los gastos de comisión, TAEs y demás tributos para contentar a los bancos extranjeros que han perdido tan distinguida clientela.
Desde el comienzo de los tiempos los hombres somos hombres y las mujeres, mujeres. En países supuestamente desarrollados, librepensantes, democráticos o como se les quiera llamar a los gobiernos como éste, donde yo vivo, intentamos convivir por igual. Ahora bien, una cosa es pensar en verde y otra bien distinta es intentar igualar personalidades o juzgarnos por igual. Un ejemplo idiota -a la altura del que aquí escribe-que puede servir es la nueva hornada de it girls, lo más, chicas que se dedican a mostrar sus combinaciones de ropa en blogs -y blogs de blogs- con miles de seguidoras, convirtiéndose así en un eslabón más del mundo de la moda y en ocasiones con mayor influencia y beneficios que las tops. Buff, pues eso, que es mejor que cada género se dedique a lo suyo.
Aunque se quieran contar las cosas desde un punto de vista constructivo tampoco hay que caer en la mentira. Es imposible que en 2013, 2014 o 2015 se arregle la situación laboral. En primer lugar hay muchísima gente en España que se dedicaba a la construcción, ahora mismo hay millones de viviendas vacías, en dónde van a trabajar; más, cuando vivíamos y nos lo creíamos se montaron miles de negocios para atender todo ese afán consumista, empresarios que a día de hoy están hundidos, sin empleo y dejando en la cola del paro a sus correspondientes empleados, gente que tardará en remontar su vida mucho tiempo. El resto de oficios -todos los que se mantienen- se resienten del poco capital disponible para adquirir sus productos, para investigar, para desarrollar, competir, contratar...