Hola amigo, que aunque ya no lo seas como antes aún suenas por aquí, espero que a pesar del tiempo transcurrido desde entonces hasta hoy todavía recuerdes quien soy o por lo menos quien era, te escribo esta carta por dos motivos, el primero es que nunca la leerás, el segundo es que te echo de menos.
Llevo una vida sencilla y tranquila dentro de mi "normalidad" habitual, trabajo, hago deporte y chapuzas en mi vivienda. Sigo mariconeando con el ordenador aunque paso menos tiempo que nunca con los programas de diseño, me hipotequé con una casa viejita que restauramos nosotros y es donde vivimos, la familia bien pero cada vez somos menos aunque nazca alguno más; el resto, como siempre, sigo en la misma línea, misma personalidad que cuando éramos chavalillos, aficiones parecidas, idénticos sueños, el granito de arena de toda la vida o el pelo rizado y abultado a lo Jackson Five. Hay cosas que no cambiarán nunca.
A ti te recuerdo igual, serio pero simpático, aplicado estudiante y deportista, concediéndole gran valor a la amistad, fiel a los suyos hasta la muerte, correcto siempre, discreto, utilizando los tiempos muertos para recalcular la ruta a seguir o planificar el momento siguiente; sabía que te iría bien en el futuro por tener las cosas tan claras desde niño. Algún día espero volver a verte.