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miércoles, 12 de septiembre de 2012

La charada de orgullo y flema

¡Hay que ver con los ingleses!, los quemamos en cuanto a su comportamiento a pie de nuestras costas pero sin embargo saben claudicar cuando la ocasión lo requiere; en estos casos si se equivocan lo reconocen, agachando las orejas si es preciso. Al contrario que sucede en este país, aquí, si la cagamos, le echamos la culpa al vecino y asunto solucionado. Es lo que tiene esta movida de la idiosincrasia, alguna vez se empacha de sentido.

Aunque no estoy muy enterado del tema, David Cameron ha pedido perdón a los familiares de 96 seguidores de Liverpool fallecidos en el campo del Hillsborough en el año 1989. Como primer ministro, ha esclarecido los hechos a sabiendas que la culpa la tuvo la propia policía gubernamental, los cuales permitieron la entrada de aficionados por encima de la capacidad máxima del aforo y, echando balones fuera, culparon a los ultras de los Reds. El hombre sabía la jugada, no le debía dejar dormir por la noche, saltó la valla donde se guardan los documentos top secret y sacó a la luz todas esas declaraciones falseadas, informes retocados y mentiras varias. Ole sus huevos.