Buscar

miércoles, 10 de octubre de 2012

La persiana del taller

El título de la entrada de hoy tiene mucho significado para mí. No se trata de algo físico, tampoco guarda relación con reparaciones, material de confección o impresión en soporte publicitario; eso sí, abre y cierra como las demás, aloja un contenido y proyecta una idea.

Pues bien, este pequeño local reabre sus puertas en breve. No, realmente nunca las cerró pero llevaban tiempo -mucho más del que uno quisiera- sin reforma. Una caja de cartón en color natural ha tenido la culpa del meneo. Sus medidas: 10X36.8X26.9 cm, sus "prestaciones": 3,3 Ghz Core Duo I3 de tercera generación, 6 GB de Ram, 1GB gráfica, USB 3.0, 1 TB HD, ....vamos, para un tío como yo, acostumbrado a los remiendos, esto es la leche.

Pues toda esta orgía binaria no me lleva a otra cosa que a retomar mis historias gráficas, abandonadas a la buena esperanza, a la espera de tiempos mejores. Esa época ha llegado, necesito cargar el equipo con los programitas indicados y soltar riendas. Venga, que habrá que ponerse al lío. Caña.

Primer requisito, renovar fotografías. Entre quince y veinte sesiones con buenas condiciones. Como segunda mínima necesito nuevas animaciones, botones, contenidos y diseños. Lo siguiente implica comprar materiales de impresión textil, pensando que todo ello va a parar al fondo perdido de los sin ánimo de lucro pero no por ello persistir en el intento. En total le calculo que me pueden hacer falta 250 horas, ciento cincuenta euros para tintas y otro tanto en gasoil que mueva la furgo a la búsqueda de la imagen soñada. Je, je, visto así suena fatal.