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sábado, 13 de octubre de 2012

Micología de andar por casa

Como no tenía nada que hacer y desde luego no se distinguir una Amanita Phalloides de un cardo borriquero se me ocurrió la brillante idea de salir con mi perro a buscar setas. Estos últimos días ha llovido, el bosque tiene olor y aspecto de otoño, condiciones por lo que tengo entendido ideales para estos simpáticos paragüitas comestibles -algunos-.

Tardé un montón de tiempo en encontrar la primera, esto es como cuando vas a pescar, hay que saber donde lanzar la línea para pillar algo. Una vez desvirgado me solté y encontré cuatro o cinco especies de las cuales resultaron comestibles tres de ellas, lo supe por lo que me comentó un matrimonio con un conocimiento sobre hongos mil veces superior al del espabilao que aquí pelea con las teclas. Una vez en casa, las limpié, las preparé, pero no me atreví a comérmelas....

....es la segunda vez que me pasa esto, a la tercera irá la vencida, prometo echarle huevos e hincarle el diente. Como mucho puedo morir, ¿no?.