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lunes, 2 de diciembre de 2013

En busca de la artemia

Ha sido un año poco prolífico en muchos aspectos para mí, suena a epitafio del 2013 lo cual indica que estoy deseando que acabe; tengo la sensación de haberme perdido algo.

Desde este pequeño y clandestino rincón, el autor, acurrucado bajo la torpeza de cierta forma de componer las palabras, alguna vez de forma consciente, pretende mostrar una visión personal del entorno que lo rodea, casi siempre optimista, donde la realidad viene dada por la manera de entender la misma ya que cada cual filtra como le peta. Pero, como pensaría alguien más sensato/a, hay días que no está el horno para bollos.

Bueno, después de echar esta lagrimita que hasta me vino bien compartir, vuelvo al tema que me hace escribir estas líneas, la ilusión:

Según la RAE, como primera acepción, es aquel concepto, imagen o representación sin verdadera realidad, sugeridos por la imaginación o causados por engaño de los sentidos. Buena definición, claro, entre expertos lingüistas poco se puede rebatir, pero quizá obvian el objetivo positivo de ese sentimiento desde mi humilde punto de vista, si no sería una fantasía (el resto de acepciones no me gustan). A lo que iba, cuando olvidas el significado de tan magnífica palabra pierdes casi todo lo que tienes, conviene mantenerlo presente siempre. 

Esta entrada está dedicada a dos personas casi idénticas a las que quiero mucho aunque no soy muy dado a demostrarlo, para ellas deseo lo mejor en el 2014, sobre todo grandes ilusiones.