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jueves, 15 de abril de 2010

Rumbo a ningún sitio

Bueno, aquí arrancamos...Me voy a presentar, mi nombre es lo de menos y decidí crear este diario por una necesidad interior de contar cosas íntimas que no me atrevo a decir a la cara pues resultarían ofensivas en muchos casos. Supongo que la tela virtual me sirve de escudo y como no creo que lo lea nadie pues me pongo firme. No significa que vaya contar cosas importantes, ni siquiera creo que me importe si alguien está ahí detrás; es un pequeño escape para ir soltando lastres.

La historia de hoy comienza así:
Hace unos meses (Diciembre 2009) me operaron de un hombro por una luxación recidivante provocada por prácticas deportivas, me realizaron una artroscopia para repararme un ligamento que tenía roto y cerrar el hueco que provocaba la luxación; como tenía un seguro deportivo me operaron cuando decidí y el doctor que me colocó el hombro un par de veces antes, fue el encargado de hacerlo. Vale, todo perfecto.

Un par de meses antes (Octubre 2009):
Jugando un partido de fútbol -portero tenías que ser- se me fue el hombro por cuarta vez. No voy a contaros toda la historia pero después de horas de intentos varios por enfermeros de guardia, decíden llamar al traumatólogo y cuando llega... le miro y sonrío; ya le conozco, era el de mi primera vez. Él también sonríe.
Tampoco voy a contaros la primera vez, es otra historia, pero para esta vez (la cuarta) decidimos que lo mejor era operarse cuanto antes. Le digo que me lo pienso y que le visitaré cuando lo decida.
Durante este tiempo me informo detalladamente sobre el tipo de operación que me realizarían: visité webs de especialistas en la materia, foros de gente postoperada, videos de artroscopias en youtube, ...hasta que me centré en el tío que me operaría:  me daba la impresión de estar seguro, me transmitía confianza, parecía que conocía bien las funciones del hombro -diréis claro, coño, es que es un cirujano traumatólogo!!!-, pero es que yo me había informado mucho sobre el tema y me volví exigente en la materia, no se si me entendéis. Sólo me asaltaba un temor, como me había colocado el hombro dos veces y cada una de ellas se había prolongado como unas dos horas (la cabeza del húmero se me cuela en la axila y es jodido de colocar) había adquirido una cierta confianza con el doctor, pues debió de parecerle estoica mi actitud y le caí simpático creo. Esa confianza era mi temor. No me gustaba conocerle, no quería conocer al tío que me tenía que operar porque yo ya le había mirado a los ojos durante mucho rato y a los que ponen la vida de los demás en sus manos los escudriño y les busco virtudes y defectos -cosas de cada uno-. Segundo punto en contra, tengo un amigo (conocido) al que le habían amputado una pierna debido a un problema durante una operación y, hablando con él sobre el tema, casualidades de la vida, no se quién creeis que le operó.

Vuelta a Diciembre 2009:
Imaginaros la situación, conocía la parte humana de las dos personas y lo que parecía perfecto en el segundo párrafo ya no lo es en este. Vaya, resulta que tenía que darle una respuesta a este hombre después de toda la información que poseía; y le dije que sí, que me operase. Pensaréis que estoy loco no?. Yo no lo veo así y os explico el porqué: suelo hablar a menudo de profesionalidad y confianza, que hay que creer en las personas. Esto sería un buen ejemplo, una teoría puesta en práctica: si crees en las personas como dices -yo creía en él-, deja que te opere este tío.

Han pasado cuatro meses y estoy escribiendo este cuaderno con el teclado a dos manos lo cual significa que tengo los dos brazos; no sólo eso, hace casi dos meses que volví a hacer surf y trabajo en un almacén de carga y descarga (sólo estuve mes y medio de baja). Mantengo el recorrido completo del hombro, me encuentro perfectamente y recuperado en tiempo récord.

Una operación maravillosa, gracias doctor.


Pd.- Esto nunca se lo dije a nadie hasta ayer,  lo guardé, como hago siempre, en la cajita de las profundidades para no implicar a nadie más. Ayer, que se lo conté a ella, a mi novia de toda la vida y no me habla desde aquello, falta de confianza en la relación dice....pero eso también tiene historia para contar otro día.