La entrada de hoy va un poco sobre personalidades, puede resultar un coñazo, aviso de antemano para que no pille a nadie desprevenido, es mejor cerrar la página a perder el tiempo con historietas de cada cual que sólo sirven para casos contados.
Admiro a mucha gente, peña anónima que se lo curra todos los días para mantener sus principios independientemente -o sobre todo- si hay dinero de por medio. Igual parece de sobradete hablar así, teniendo trabajo, sin pasar penurias, sabiendo que a fin de mes cataclín; lo digo como lo siento, además, los admirad@s son en muchos casos personas desgraciadas en apariencia aunque extraordinariamente ricas en su interior.
Hay cosas que no se compran ni se venden, entre las pocas que nos quedan está la energía de cada uno, elemento intangible que nos hace ser quien somos y que sería de locos no utilizar en beneficio de lo que sea antes que se desgaste o lleguemos a entenderlo tarde. El otro día me preguntaron la edad porque les parecía un niño pero los años no cuadraban como para serlo; les confesé mi quinta para despejar su duda y -guiño de ojo incluído- agradecí el cumplido. Sí, ya sé que cada cual tendrá su opinión pero he de confesar que dar todo lo que tienes todos los días te da un puntito extra que a la larga el cuerpo y la mente lo agradecen. A estas alturas de la película ver los frutos es la ostia. Ojo, sigo siendo el mismo mileurista que escribió su primera entrada, lo digo por los frutos.
P.D.- Pensándolo bien igual las señoras no lo decían por mi físico e iba orientado hacia mi comportamiento, quien sabe ;)