Los unos y los ceros han desaparecido de mi vida, llevo desintoxicándome ocho días utilizando una cámara digital como única dependencia. Hoy reaparecen para devolverme a la realidad y recordarme que soy adicto y consentido. Fin de terapia.
He pasado unos días en Palma; me ha gripado el coche -eso creo- cuando volvía del aeropuerto -lo había dejado allí- dirección casa; en breve contaré algún detalle más del viaje que ha resultado cuando menos curioso. El coche, si es que rompió algo de motor, tiene el record mundial de gripajes -sería el cuarto-; pienso escribir una carta a la sede central para que dejen de publicar anuncios en los que presumen de ser la empresa automovilística de nivel medio más fiable del mercado. Ya sé que no me van a devolver la pasta del coche ni la de los arreglos pero llevo gastado en él mucho más de lo que gasta cualquier figura del tuneo y quiero que lo sepan.
Luego sigo...