Buscar

sábado, 19 de mayo de 2012

Tácticas de guerra

Este verano tiene chicha, para los que nos gustan casi todos los deportes -al curling todavía no le cojo el punto- es maravilloso poder disfrutar viendo televisión con tanto acontecimiento: JJOO, eurocopa de fútbol, fórmula 1, motociclismo, tenis, ... un placer para los ojos.

Hay historias deportivas que parecen sacadas de cualquier épica novela de aventuras, con esa serie de trascendentales argumentos como los que se alojan entre las páginas de las grandes obras del género y que se representan in situ bajo la atenta mirada de millones de espectadores. Seres humanos que por un instante encuentran ese tesoro tan ansiado que supone la culminación de una meta, un propósito vital imprescindible condicionado por tantos años de máximo entrenamiento y sacrificio.

En España estamos de dulce estas dos últimas décadas, desde Barcelona'92 hasta nuestros días disfrutamos con las victorias de los nuestros cuando antes nos tocaba conformarnos con una derrota digna. Claro que ahora el nivel de exigencia que tienen nuestros deportistas se asemeja al de alemanes, americanos, franceses, chinos o rusos que son los que cortan el bacalao. Nivel que sí tienen gente como Rafa Nadal, Carles Puyol, Natalia Rodriguez, Fernando Alonso, Javi Gómez Noya o Gisela Pulido, cracks en lo suyo y gladiadores a pie de cancha.