Hoy se me ha dado por preparar un codillo de cerdo al horno que me sirva de cena a la vuelta de la partida de fútbol7. Paso de poner la receta porque no le hice nada, eso sí, cuatro horas a 150º y un arreón final a 200 no se los quita nadie. Tengo tiempo, hasta las doce y media no llego - aconsejable tener buena digestión para cenar de madrugada- así que si lo puse hace media hora...
Este fin de semana estrené bibicleta, bueno casi, es una mountain bike de segunda mano que me dejaron a buen precio, la que tenía valía para una exposición de chatarra suburbana; espero rentabilizar la inversión con muchos -y embarrados- kilómetros. Por si a alguien le interesa no es gran cosa aunque está sobrada para mi nivel. Un amigo que hace rutas me invitó a salir con ellos el sábado pero no me atreví, estoy muy verde para ir deprisa con la bici, en otra ocasión espero cuenten conmigo. A cambio, liamos a unos colegas para que posaran en sesión fotográfica; el tema iba de parejas y la verdad es que daban el perfil según petición de una amiga fotógrafa. Los llevamos a las playas, se vistieron de ceremonia y todo -botas de agua incluídas- y nos echamos unas risas. Aún no he visto el resultado aunque a juzgar por las imágenes reducidas en la pantalla lcd de la cámara tienen buena pinta.
Por cierto, con relación al apagón binario -me cuesta dejar este tema-, si a nuestros hijos -yo no los tengo- les enseñamos a compartir sus juguetes; en las aldeas se prestan maquinaria unos a otros; la ropa del hermano mayor pasa al pequeño; ahorramos en gasoil yendo cinco en el mismo coche al trabajo; o invitamos al familiar lejano a pasar unos días en nuestra casa para que no coja un hotel, poco puedo entender la censura en la red cuando existe un simple intercambio de información. A ver si va a ser que parte de los valores fundamentales del ser humano hay que guardalos en el baúl del olvido para afrontar los nuevos -y materialistas- tiempos del recorte virtual. Por lo visto se hace dueño de esto cualquiera.