Para viajar por el mundo, conocer culturas, gentes, establecer vínculos, ... en definitiva, para comunicarnos con los demás, es casi imprescindible saber idiomas. No se pueden aprender todos, por eso está estandarizado el inglés como lengua universal. En España parece ser que no tenemos buena formación, ponemos poco interés en esta historia, no somos angloparlantes. Lo dicen las encuestas.
Me gustan los idiomas, no es que sepa hablarlos pero cada vez que he tenido ocasión de practicar con nativos lo he intentado. Busco la entonación de cada uno y a partir de ahí aprendo palabras, es un método autodidacta que vale para un apuro. De todas formas, y el tema va por lo siguiente, si uno no tiene pensado viajar de manera independiente -no sé si me explico-, ¿para qué tiene que aprender inglés?.
El gremio de traductores también tiene que comer. Si todos los altos cargos se apuntan a clases de inglés con la idea de mejorar las relaciones internacionales perderían un tiempo imprescindible para historias más productivas a mi modo de ver. Si realmente sirviese para ganar adeptos foráneos habría que aprender francés, italiano, chino, alemán, portugués, sánscrito y cirílico como mínimo, más que nada porque hablarle a un ruso en inglés tampoco es que le entre por el ojo. Pues para eso están los profesionales del medio, gente realmente preparada para traducir lo que tú les digas.
Me acordé de ello hace unos días, mientras veía a Guardiola hablando públicamente para la gala del Balón de oro en el idioma que utiliza en su entorno más cercano. Considero más honrado que dedique el premio a su amigo catalán, en catalán, a que hable en inglés para doscientas personas que habría en el salón de actos de las cuales doce serían brasileños, diez argentinos, diez españoles, seis franceses, cinco árabes, tres suizos, dos sudafricanos y no sé cuántas nacionalidades más; el resto lo veremos por televisión traducido a la lengua de cada uno. Entonces, ¿en qué idioma agradece el premio?.