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miércoles, 13 de abril de 2011

El rey de la jungla

Como comentaba en la primera entrada de este blog, Rumbo a ningún sitio (Jueves, 15 Abril 2010), tengo tres tornillos en el hombro izquierdo debido a una operación de luxación recidivante (labrum glenoideo y cabeza de húmero rotos). Estos días estoy disfrutando de condiciones excepcionales para el deporte que practico. Tengo que reconocer que hay momentos delicados en los que temo que todo esto se me vaya a salir, recuerdo dos de las veces que me ocurrió dentro y de no ser por algún amigo -a los que se lo agradezco en silencio cada vez que los veo- no sé que tal me iría. Bueno, a lo que voy, hoy me acordé del doctor que me operó porque he tenido un revolcón bastante gordo; quisiera volver a darle las gracias desde aquí, todo sigue en su sitio a la hora en la que escribo estas líneas. Repito lo comentado en esa primera entrada: una operación maravillosa.

Yendo a otra historia, hoy estuve hablando por teléfono con mi sobrino. Debido a su obsesión por los animales quiso que le imitara el sonido de alguno de ellos y así jugar a adivinarlos; en una de estas yo era un león y le pegué tres potentes rugidos al auricular. Mi sobrino se quedó callado por un momento para luego exclamar con voz aguda y temblorosa: quiero que vuelva mi padrino, soy pequeño!!.