Como ya veo que vienes a mirar que es lo que estoy haciendo en el ordenador, abro una nueva ventana anti-cotillas en el navegador. Llegaste justo para preguntar que era eso de la pestaña de la izquierda, lo que pone Blogger: Del color que yo lo veo. Mi respuesta fue clara, ¿qué más te da?.
No me apetece que nadie conocido sepa de la existencia de este blog. Ya lo he comentado en otras ocasiones, condicionaría mi libertad para escribir, estaría a expensas de mis amigos. Todo el mundo opinaría desde la perspectiva de la amistad, nada imparcial. Esto a la larga supondría una merma hablando en términos de espontaneidad y originalidad sobre lo que escribo. La poca ideología o intimidad que pueda tener guardada entre estos pocos kilobytes, quiero mantenerla incorrupta.
Aunque pueda parecer un niño que no presta sus juguetes, del color que yo lo veo es una vía de escape para esos pajaritos que todos tenemos en la cabeza. En mi caso tienen cabida aquí pero no son para compartir alegremente. Para el resto, sabes que estoy aquí no hace falta que lo diga amigo mío.
