Todo el tiempo del que dispongo en mi vida me dedico a vivirlo. Da igual que sean minutos libres o laborables, de obligación o devoción. Los tiempos muertos no me van.
Me preguntabas como era capaz de aguantar a tanta gente en casa, que todos los días viene alguien o hay algo que hacer; que a tí te van más los deportes clásicos tipo sillonball para el fin de semana y te sería imposible llevar el ritmo frenético en el que yo vivo. Aunque claro, algo que te honra, caíste en la cuenta de pensar si a mi me pasaría lo mismo con actitudes contrarias como la tuya. Por la respuesta que te dí, no quisiste continuar. Mejor así.
No quiero pensar en como utilizan los demás su tiempo libre. Aunque creas que no, esta actitud se entrena más que venir de serie. Soy feliz porque me esfuerzo en ello todos los días, considero parte fundamental de la existencia humana intentar adaptarse al medio de la mejor manera posible; a mí me vale así, que cada uno/a exista como quiera/pueda. ¿No eres feliz?, problema tuyo, pero entonces: ¿cómo se te ocurre juzgar mi modo de vida?.
