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jueves, 29 de diciembre de 2011

Una de asesinos

Navegar por la red es lo más parecido que encuentro a pasear por una biblioteca, las materias están ahí, al alcance de la mano, sólo hay que saber elegir para que la ronda resulte productiva. Ayer para mí lo fue, empecé cón una peli -creo que buena- basada en hechos reales, continué comparando la información que me llegaba a través de la pantalla con los sucesos que ocurrieron por aquellas fechas y terminé por repasar la biografía de los mayores asesinos de la historia. Para las dos últimas actividades encontré un blog muy interesante que no conocía, donde se relatan muchos de los crímenes más famosos de la historia, de manera extensa e imparcial a modo de ver; muy cuidada y, como gran atractivo, dísponía de imágenes de los casos prácticamente inéditas en la red -que ya es mucho decir-, grabaciones en audio de juicios y de los propios asesinos, datos bibliográficos, documentos oficiales, videos, ...un trabajo de investigación admirable que gracias a la buena voluntad de sus autores sale más barato que levantarse a coger algo de la nevera: es lo que tiene la red, amiguitos políticos que presumís de potestad para dictaminar decretos y leyes que afectan al beneficio común de la información, no todo se regula por dinero. ¿Cuántas horas de trabajo puede tener la publicación?, ¿cuántas personas editan en ella?, ¿cómo surgió la idea?, ¿qué objetivos están buscando?, ¿esperaban más visitas?. Si pensasen en el precio al cual cobran la hora de mano de obra se dedicarían a otra historia más rentable; guardarían pasión, imparcialidad, altruísmo, conocimiento, personalidad, ...en la caja fuerte del egoísmo a la espera del mejor postor. Es más, para acabar beneficiándose de ello sólo unos pocos.

Tengo que reconocer que se me ha ido un poco la olla, iba a comentar alguna cosilla sobre esa visita al museo de los crímenes y me fui por la cuneta. Prefiero a estas alturas dejar a un lado el aspecto morboso del asunto y centrarme en el origen como causa-efecto que pueda hacer que un ser humano cometa ciertas atrocidades. Cuando en un asesinato existe premeditación y alevosía sin un detonante racional que apoye tal fin es difícil comprender que alguien pueda cometer un crimen, no sólo me refiero a los de los llamados asesinos en serie que son los que recoge la web, entre todos los factores que desencadenan tal reacción tiene que haber un fondo común que demuestre esa capacidad destructiva. Ese factor psicológico alimentó mi curiosidad hoy mientras navegaba.