Comentaba a los colegas hoy al mediodía lo poco que me gusta sentirme frustrado, prefería seguir haciendo deporte aunque limitado para ciertas maniobras que mantenerme al margen, llevando una recuperación más prudente y no sé hasta que punto más eficaz en ese caso. Como decía uno de ellos esto para el hombro quizá no venga bien pero para la cabeza ¿es cojonudo no?. Vaya si lo es.
Mientras espero a que me den los resultados de la resonancia aprovecho lo que puedo, en breve toca operarse y ya será ése el momento del parón deportivo. Quizá suene sentimental, ahora me acuerdo de todos los amigos -y familia- que me acercaron al hospital en cada luxación -hoy he visto a alguno de ellos- y les tengo un aprecio especial. Son recuerdos que quedan ahí, llamémosle lazos.