Hay actividades para las que resulta fundamental conocer de antemano la dirección del viento. Una fuerza de la naturaleza tan pura -y variable- es, a día de hoy, radiografiada por miles de aparatos telemétricos que estudian comportamientos y diagnostican su evolución en beneficio de la humanidad. Para los que -a pequeña escala- nos aprovechamos de los datos obtenidos por estas máquinas y saber así de antemano a donde acudir cuando surja la ocasión, significa todo: tiempo, gasolina, calidad, autoestima, en definitiva, la diferencia entre acertar y equivocarse. Este tipo de información, al igual que otras también indispensables, forman parte del día a día de personas como yo, afortunados/as que disponen de conexión a internet a modo de consulta cuando nos peta. Hay mucha diferencia entre estar conectado o no tener acceso, para todo en general, la Biblioteca que nunca cierra tendría que emitir por la red tdt y llegar a todos los hogares de forma gratuíta, aprenderíamos a leer y escribir sin trabas.
Bueno, dejando el politiqueo a un lado y volviendo al tema climatológico, mañana tengo libre; las condiciones no son del todo buenas pero ya que el día estará soleado merece la pena rascar un poco por la mañana. Las tablas indicaban -entre otros datos- viento flojo del Este y mar con olas de medio metro.