No voy a descubrir la pólvora con esto que quiero comentar, se parece mucho a la frase de querer es poder por lo tanto no es nada nuevo. Sólo es una forma de administrar el tiempo libre que nos queda, que no es mucho, a los que tenemos la suerte de trabajar aunque sea a turno partido (descanso al mediodía). El que aquí escribe dispone de dos horas todos los días, lo cual le parece bastante, para hacer lo que le salga de las pelotas, con perdón.
Hoy la opción para practicar deporte no fue la primera, tampoco la segunda, más suerte hubo a la tercera. Sumando cuarenta y siete kilómetros a la ida -carreteras secundarias- y veintiséis a la vuelta -más de lo mismo-, hacen un total de setenta y tres. Teniendo en cuenta que no recuerdo haberme saltado los límites de velocidad, es una recarga de autoestima haber podido llegar al destino, coger el material y practicar durante una hora. A las cuatro en punto estaba de nuevo en el trabajo con las pilas a estrenar.
Otros días toca correr a toda leche cinco kilómetros, porque no siempre está la jugada a pie de coche, que le vamos a hacer, son gajes del oficio, tampoco le doy mucha importancia, es deporte de igual forma. Lo que sí puedo comentar por experiencia es que esforzarse en conseguir los objetivos es una parte fundamental de la meta en sí, y valorar todo este conjunto da un puntito extra. Lo cuento como lo siento.