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martes, 14 de junio de 2011

Curso de primaria

Hay realidades y realidades, la mía puede ser válida para mí pero a años luz de otra opinión que su autor/a considera irrefutable. Esta es una de las razones por las que no suelo discutir, regalo la victoria sin pelear por ella, no quiero convencer a nadie de lo contrario y menos a gente adulta con una vida forjada a golpe de esas creencias que les han hecho llegar hasta donde están; por eso a la hora de entrar a valorar actitudes, me reservo la opinión para mis seres queridos.

Es que hay veces que pienso radicalmente lo contrario a lo que otros/as consideran de gran importancia vital; es estúpido a mi entender inculcar filosofías de comportamiento que dependiendo del contexto pueden servir a unos y perjudicar a otros, los pensamientos puros no me van ni creo que haya un estándar de actitud ante la vida. Uno tiene que saber llevar su saco al hombro con la máxima dignidad posible independientemente de las críticas. Lo que no tolero -y ahí sí soy rabudo- es que me empujen hacia caminos ajenos que nunca me ha apetecido coger por no ir con mi forma de ser. Hay gente que tiene la mala costumbre de decidir por los demás sin tener siquiera decisión propia, y lo que es peor, no se dan cuenta de que los demás sí la tenemos...y muy acusada. Ay, ay, a estas alturas de progreso todavía a vueltas con esto.