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viernes, 17 de junio de 2011

Mediodía frustrado

Cuando uno está deseando que den las dos de la tarde para salir pitando a hacer deporte pero las condiciones no son las adecuadas cuando se contaba con que sí, es una putada. Hoy he hecho sesenta y dos kilómetros -tengo libres dos horas- para nada; vuelta para aquí, vuelta para allá buscando una opción que no se produjo. Tiro para casa a comer un bocata, comprobar como dejé todo el asunto del azulejo del cuarto de baño y regreso al trabajo hasta las siete, hora en que espero la situación mejore. Por buscarle algo positivo al tema, encontré un compañero de brujuleo que sale a la misma hora que yo y tiene las mismas ganas. El en su coche y yo en el mío hemos mirado todo lo probable sin demasiada suerte. Ya nos veremos otro día nos dijimos para despedirnos. Es muy majo el funcionario -no sé si me dijo su nombre-, la primera vez que lo ví en el agua le hablé en inglés porque parece un guiri: pelo al cero, cejas albinas, ojos azul celeste, espigado de metro noventa, ... Él se río y me respondió en el idioma que hablamos por aquí, vaya coña nos echamos con el tema. Bueno, la historia es que anima encontrar gente nueva con quien compartir actividades deportivas porque aunque el tío debe tener cuarenta años nunca antes de estos últimos meses lo había visto por aquí. Uno más en la familia.