Una compañera del trabajo me preguntaba si era seguro hacer operaciones continuamente por internet y que tipo de tarjetas eran las más recomendadas. Me miró a la cara por segunda vez y vio que me estaba riendo.
- ¿De qué te ríes?
- Nada mujer, es que seguro, seguro, no hay nada. De todas formas lo mejor es que hagas una tarjeta virtual con un saldo que puedes ir recargando a medida que gastes y a poder ser en una cuenta diferente a la utilizada para ingresos de nóminas, ahorros, ... una cuenta única para compras en la red. Además es importante que desconectes, cierres sesión o cualquier opción que te ofrezca la web para abandonar sus dominios porque hacer esto limpia los datos transferidos, de lo contrario, por un periodo de tiempo -corto- tus datos cifrados circularán por el ambiente.
Los datos cifrados que pululan desde un equipo remoto a un servidor, pasarela bancaria, paypal o similares son paquetes de información que van de una terminal a otra hasta llegar a su destino. Las webs seguras (protocolo https) disponen de códigos de programación que hacen muy dificil atentar contra ellas, ahora bien, si el amigo de lo ajeno es un experto en la materia de unos y ceros es probable que puedan resultar vulnerables. Lo que está claro es que un tío que pretenda atracar cuentas no va a hacerlo (en la mayoría de los casos) contra ciudadanos considerados de clase media. Va un poco en contra de su propia ideología, no son tan malvados si no más bien antisistema.
Llevo comprando artilugios por internet desde los tiempos del modem de 56Kb y sinceramente nunca me he dado cuenta de que me haya faltado nada. De todas formas para lo que sé de este mundo virtual soy bastante confiado la verdad.
