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domingo, 16 de mayo de 2010

Placebo

Saltarás más, correras más, mejorarás la elasticidad, resistencia, capacidad aeróbica....y no sé cuantas cosas más. Es una pulsera y se llama Power Balance.


Hace algunos años había otro modelo, bastante feo, con bolitas en los extremos, llamadas Rayma o algo así, que estaban imantadas, magnetizadas a altas radiaciones y que se suponía ayudaban a combatir dolores de espalda, artritis, circulación y un sinfín de beneficios para el cuerpo serrano. La gente que las tenía decían que les había cambiado la vida, que ya no sufrían pinzamientos, malas posturas, lumbalgias, etc. Entre ellas mi abuela.


Alguna década después aparece la versión del 2000, con un diseño deportivo, atractivo a la vista, con una especie de cajita reguladora de bioritmos, tendones, músculos y aparato locomotor en general...otra joya...del marketing.


Así lo definiría yo: esto es como los dioses, se supone que están ahí para regularlo todo y hacerle sentir más seguro al ser humano con su respaldo. Gracias a la creencia popular, unos cuantos espabilaos se lucran con el tema sin miramientos. La ponemos a 35 pavos y se venden como churros, que si te ayuda a ser mejor atleta pues merece la pena, que si aumenta tu capacidad pues todavía mejor y si encima ya no me tengo que esforzar tanto gracias al plus que me ofrece pues total. Buenos, buenos son los creadores del invento. Saben del filón y lo han explotado inteligentemente: algo que nos solucione la vida con la ley del mínimo esfuerzo.


Este artículo va dedicado a todos aquellos aparatos anunciados para arreglar los cuerpos en tiempo relámpago. No me creo nada, llevo muchos años haciendo deporte, sufriendo todos los días y sé lo que cuesta hacer un cuerpo digamos marcadito, libre de grasa.


PD.- Tengo amigos que sí se han comprado la pulserita de marras con, según ellos, buenos resultados...para mí, cuando hago deporte con ellos,me siguen pareciendo igual de torpes que antes.