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miércoles, 5 de mayo de 2010

Sustancia ilegal

Ayer fui a visitar a un amigo a su casa, quería que le echase un cable con un armario que iba a construir con piezas sobrantes de madera. A mí, la carpintería me gusta mucho y fui de buena gana a ayudarle.


Cuando llegué, me explicó. Necesitaba un tamaño de más o menos un metro cuarenta de altura por dos metros de largo y sesenta centímetros de fondo, en la parte superior interna del mueble tendrían que ir dos luces de 400 watios cada una, con un trasformador por lámpara que irían al exterior. El armario debería llevar una pieza que hiciese de tejado y una puerta en el frente, de la mitad hacia arriba, con el batiente hacia abajo. Coño, le pregunté, que vas a hacer con esto, plantar marihuana?. La respuesta fue afirmativa. Quería meter unas 5 plantas con luz artificial, un temporizador que regulase la cantidad de horas de claridad-oscuridad por día para, en un periodo de más o menos 2 meses, disponer de una cosecha que le permitiese fumar durante otros meses más. El tío parecía que se había informado bien del tema del cultivo y sabía lo que hacía. Estaba ilusionado pues le habían regalado cuatro esquejes para plantar.


Toda esta historia me hace plantearme el concepto de droga en plan general y viéndolo a él, una persona cabal que lleva años fumando, no sé en que se parece mi amigo al concepto que tenemos de adicto a sustancias prohibidas. Con esta planta no se ha sido justo a lo largo de la historia reciente. Recuerdo haber leído algo sobre la ley seca en USA y de cómo el alcohol fue legalizándose socialmente. A mi modo de ver me parece que los efectos del alcohol son bastante más destructivos que los del cánnabis y asociar esta sustancia con una puerta de entrada hacia el mundo de las drogas duras me parece de una ignorancia bárbara.


Yo soy un chico de barrio, que ha crecido junto al resto de vecinos de mi generación, dónde he podido ver un poco de todo, a veces positivo y otras no tanto, que he perdido a algún amigo entregado a las garras de las drogas de verdad y que siempre me han dado un miedo terrible. Comparar esto con el colega de la maría no tiene sentido. Es como decir que un chaval de 18 años que sale el fin de semana y se toma cuatro cervezas acabará alcohólico el día de mañana. Será un enfermo aquel que tenga una personalidad con ciertas características indicativas, multiplicadas o divididas según el entorno, clase social, influencias,... pero no por haber abierto puertas. Espero que alguien que toma seis tazas de café al día no esté de acuerdo con lo que digo y quiera enviarme un correo para desmontarme de la burra. Estaré esperándol@.


Al igual que se anuncian bebidas alcohólicas por televisión, ¿os imagináis un tipo con aire sesentero, hippie o como sea, anunciando tal o cual variedad de planta con sus efectos y cualidades?. No me parecería tan extraño. ¿No salía George Clooney con el Martini o las Azúcar Moreno con el Ponche Caballero?, que pasa, ¿está mejor visto?. La respuesta es sí. Somos educados por la publicidad en muchos casos, que asocian el alcohol a un estado de bienestar que no dudo que sea real, pero tratemos los temas por igual. A mi colega si lo pillan con sus plantitas se le cae el pelo. Sería tratado de camello o drogadicto si alega consumo propio. Así está el país. No sé, igual desde que estuve en Amsterdam me ha cambiado mucho el concepto sobre estos temas.