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jueves, 13 de octubre de 2011

Reparaciones Abedul S.A.

Como una cosa te pide la otra, después de colocar el pladur de la pared lo mejor era pulir el suelo -tarima de pino- porque en su día decidimos conservarlo pero a día de hoy estaba echo un asco. Así que manos a la obra, herramientas lijadoras en mi casa no faltan y ganas tampoco.

Si alguien tiene interés y quiere seguir leyendo, hoy voy a comentar formas de restaurar mobiliario de madera. No se trata de un manual de bellas artes ni soy un experto profesional sólo que aprovechando que mi padre -para mí- si lo es, trato de activar los pocos genes artísticos que me corresponden por herencia y consanguineidad atacando toda viga que se me ponga a tiro.

Ante todo no se deben mantener elementos que ya han pasado el nivel de duramen mínimo porque a esos no hay nada que hacerle, es mejor tirarlos, cuando hay zonas podridas no hay rehabilitación posible. Con los insectos xilófagos -que comen madera- pasa lo mismo, si la pieza está muy atacada por ellos, habrá tantas hoquedades que su interior contendrá más aire que madera, y además, lo probable será que esos bichitos acaben acampando en los muebles colindantes, no merece la pena.

Tengo una lista de especies de árboles en la cabeza, cuando empecé con las obras de restauración de mi casa navegué muchas horas en busca de información al respecto. Desde aquella -hará unos cinco años- cada vez que veo un objeto de madera lo escudriño, intentando adivinar a que especie pertenece; si logro hacerlo, se despliega en mi mente un submenú virtual que me da las características que recuerdo. Voy a dejar esta historia que no viene a cuento pero es divertido hacerlo. Bueno, al grano, elementos básicos necesarios:

- Lijadora de banda, un mouse  o similar, recambios de lijas gruesas (40) y finas (120-180) para las máquinas y algún taco de lija para mano.
- Trenchas de diferentes medidas, sierra de calar y lima fina de madera.
- Masilla reparadora, cera de pátina, betún de judea, muñecas y trapos para frotar. También aceite de teca para maderas tropicales.
- Fondo protector o anticarcomas, tapaporos y lasur (o barniz) del color que se necesite.

Lo primero es lijar completamente la superficie a tratar, si no se hace así, todo tratamiento posterior no servirá de nada porque la pieza mantendrá las propiedades impermeables dadas en origen, así que todo para fuera. A continuación hay que dar una mano de fondo protector para después reparar uniones, desperfectos y agujeros con la masilla reparadora. Una vez seca, si se le quiere dar un aspecto envejecido se puede aplicar con una muñeca betún de judea o cera de pátina, esto provocará que en las zonas de huecos y resaltes se produzcan sombreados muy interesantes creando ese aspecto antiguo. El siguiente paso podría ser aplicar un tapaporos -base impermeable- si la pieza está expuesta a humedades, lugares de exterior o simplemente se vayan a poner vasos sobre ella. Ojo, si se tiene pensado utilizar tintes que penetran en el poro de la madera -por ejemplo un lasur- el tapaporos sobra o se emplea a posteriori. Para finalizar y darle un acabado profesional se emplea un barniz incoloro -brillo, satinado o mate- que lo venden para muebles o suelos dependiendo del caso.

El proceso es laborioso pero hay objetos que merecen la pena restaurar.