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lunes, 24 de octubre de 2011

Desde fuera

Me preguntaba una compañera del trabajo como modificar un histograma mediante sus curvas tonales y si había una teoría estándar para hacerlo. Me reí, ella lo veía más fácil, yo, perro viejo en tratamientos de imágenes digitales, hice una pausa para recordar la de horas perdidas de sueño que he pasado estudiando estas historias, y otra para entrar en una especie de argumento clarificador que me hiciese resumir cinco horas de cátedra en un minuto de respuesta: densitometría, curvas tonales, canales alfa, espectro RGB, cuatricomía, pigmentos, colores puros, formatos de imagen, ... estaba claro, la respuesta tenía que ser otra.

Te voy a poner un ejemplo, imagínate que quieres aprender la técnica del fuera de juego pero compruebo que todavía no sabes golpear un balón de fútbol, ¿no será mejor empezar por lo básico?. Los objetos, a la vista, absorben una cantidad de luz y reflejan otra, esta luz está formada por tres colores: rojo, verde y azul; la mezcla total de estos tres colores da el blanco como resultado, la ausencia de ellos negro. Si no se tienen claros estos conceptos es imposible hablar de histogramas, no sé si me explico, tampoco te quiero dar una chapa.

Espero que se lo haya tomado bien. De todas formas puso mirada de perro apaleado que era todo lo contrario a la que yo buscaba con mi respuesta. A veces soy un poco radical con estos temas, no tengo demasiado tacto.


A otra cosa, un servidor tiene cierta afición por las competiciones de motor, admiro sobre todo la capacidad de algunos pilotos para manejarse con valentía en situaciones arriesgadas; Marco Simoncelli era para mí el más valiente de todos, rozaba el límite en todos los metros. Seguramente pensó que estaba capacitado para levantarse de la moto sin dejar de dar gas, pensaría también que tendría la fortuna de que no viniese nadie durante ese instante y que acabaría la carrera entre los tres primeros porque tenía una confianza en sí mismo brutal. Un crack que será recordado siempre.