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jueves, 9 de septiembre de 2010

A cara descubierta

De todas formas, tarde o temprano se iba a saber. Mi novia se ha enterado que tengo un blog y no creo que le hiciese mucha gracia que lo único que comenté con ella, hace unos cinco meses, fuese la idea de hacer un apartado dentro de mi web dedicado a expresarme personalmente. Se lo dejé caer de forma clandestina, como posibilidad, pero nunca que ya lo había creado en forma de bitácora. Pues eso, entre lo que comentaba ayer en el blog - parece que me lo olía- y lo de hoy, espero sirva a modo de disculpa. Se la debo.


No quería compartir esta historia con alguien conocido. Aunque suene incongruente plantear la idea de hacer cualquier cosa en red y mantenerse en el anonimato, hay un pequeño hueco por el que intento colarme. Me explico, en el blog intento no nombrar a nadie, no sé si lo he logrado pero es una máxima aquí; los lugares que aparecen suelen ser del exterior, sitios que he visitado, sin intención de hacerlos protagonista de la historia; mi familia, amigos y conocidos ya saben como soy, no tengo que explicarles nada; ser un tipo anónimo da un punto de superficialidad que me gusta, no valora demasiado mis palabras;  no me creo nadie como para mostrarme, aparte que no va conmigo lo de salir en la foto; me gusta imaginar y poner forma a lo que no se ve, la total realidad me aburre; el mundo está lleno de gente con talento en cualquier campo, esto es algo personal, sin ambición.

Habrá otras razones, pero ahora mismo no me acuerdo. Si lees estas líneas, espero que lo entiendas.