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lunes, 20 de septiembre de 2010

Poniendo el nudo a la corbata

Me fuí a hacer kite con unos colegas que lo practican desde hace tiempo. Era mi primera vez y ellos se partían la caja antes de ponerme a intentarlo porque hacía viento y sabían lo que ocurriría un rato después.


Todo comenzó con una pequeña clase teórica explicándome el tema de la ventana del viento y la importancia de la correcta colocación de las cuerdas pues unas son de potencia y otras de dirección y un mal montaje de una de ellas puede ponerte en Cuenca. El inflado de flotadores y ubicación en el suelo antes de la ascensión fue lo siguiente. Por último, la manera de traccionar una vez la cometa suba y se coloque encima de nuestra cabeza.


A las once y a la una!!, a las once y a la una!!, me repetían una y otra vez cuando vieron, sorprendidos, que levantaba la cometa a la primera. Lo del horario se refiere al movimiento pendulante que tienes que hacer para entrar en la ventana del viento y mantenerse en ella sin perder tracción. Bueno, pues a las once y a la una, les repetí con voz un poco temblorosa.


Nada más entró la cometa en su medio se tensó de manera brutal y como yo mantenía el enganche central un poco tenso pues el miura se encabritó más, despidiéndome como a un muñeco en el sentido favorable al viento. Intenté hacer tensión clavando los pies en la arena y aunque mantuve el control cinco o seis metros los siguientes diez o doce fueron a rastras, comiendo conchitas y caracolas varias, un menú marinero by the face.


Juaaah, ja,ja,ja,ja... se tronchaban. Suelta todo, suelta todooo, me decían. Solté y me frené. Vaya potencia tiene, muchos metros de cometa -creo que eran diez- para un primerizo como yo. Ellos seguían riéndose.


Lo intenté tres o cuatro veces más con cierto resultado así que me mandaron para el agua con una tablita y la propia cometa. Intenté ponerme de pie y avanzar hasta que el viento calmó. No fuí capaz de andar ni cinco metros y enredé la cometa nosecuántasveces con las olas que llegaban a la orilla. Ellos, mientras tanto, navegaban a unos 20 nudos haciendo maniobras bastante llamativas.


Es un deporte espectacular, les prometí que volvería pronto.