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lunes, 6 de septiembre de 2010

¿A las diez en El Penta o en Rock-Ola?

Dentro de la historia de España, hay una época reciente que me toca la fibra, no sé si será por proximidad geográfica, cercanía en el tiempo o que me siento identificado con su generación pero tengo especial admiración por la Movida de los 80.


Hoy estuve dando un paseo por internet, buscando información acerca de todos aquellos grupos del momento, manifestaciones artísticas en general y filosofía de vida de sus protagonistas porque a fin de cuentas eran gente con un alto nivel creativo, irreverentes, originales y vividores como señas de identidad. Bebían los vientos por la cultura pop inglesa y americana: Bowie, Warhol, Monroe eran iconos de modernidad, con clara tendencia outsider, que era en muchos casos una máxima en la vida.


Aunque yo no pertenezco a esa generación y realmente estaba en la cuna cuando todo esto sucedía, considero que es la última gran etapa de rebeldía dentro de la historia de nuestro país y el comienzo de la libertad del individuo como ciudadano.


Sinceramente, no me siento identificado ni con sus canciones -la mayoría horribles-, ni con su estética, ni siquiera con su modo de vida pues todo era bastante caótico. Me identifico sobre todo con la vertiente artística, ese afán de creatividad y su manera de intentar cambiar algo. Hay que reconocer méritos a gente como Alaska, Carlos Berlanga, Enrique Sierra, Almodóvar y McNamara, los hermanos Auserón, los Cano, los Urquijo, Nacho y Antonio Vega, Ana Curra, Bernardo Bonezzi, Germán Copini, ... grandes talentos en la mayoría de los casos como Lolo Rico, Paloma Chamorro o José María Iñigo pertenecientes al medio televisivo. Políticamente incorrectos, transgresores, valientes y superficiales; así los imagino.


Revolviendo en la red encontré alguna entrevista actual -más o menos- de Fabio McNamara, uno de los grandes precursores del movimiento. Resulta que ahora es católico, de derechas y renegado. ¿Pose?, puede ser, aunque me inclino a pensar que es otro modo de rebeldía: Los de la Movida son de izquierdas y a día de hoy acomodados demócratas; Fabio escogió el camino contrario, antítesis de su pasado, descastado. Supongo que es, con diferencia, el más puro de todos ellos y el más contradictorio. Rasgos todos ellos que definieron en su día a esta corriente.