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miércoles, 6 de octubre de 2010

Rostros mortecinos

A vista de pájaro puedo captar cosas que no sé si es una cualidad personal o todo el mundo dispone de ello. El sentido de la vista es una virtud con mayúsculas, hay que exprimirla. Como un aleteo de abanico giro los ojillos de derecha a izquierda para conocer el mundo, porque además es gratis y hay mucho por ver.


La caras de la gente reflejan un estado de ánimo que imagino y en mi interior, las arrugas y pliegues ayudan a reconocer hábitos de vida que no tienen porque ser realidad. Tampoco le doy importancia a lo que veo pero es divertido reconocer gestos impulsivos, espontáneos y veraces.


A los que nos gustan los lápices, como a los tontos, tendemos a proyectar en los dibujos imágenes que guardamos en el disco duro de la retina, manipulándolas a nuestro antojo gracias a la libertad de la creatividad, sin pautas ni presiones de terceros, por puro deporte. Cuando garabateo rostros quiero crear una personalidad basada en las copias de la memoria; a medida que dibujo veo su forma de ser, su carácter, su vida en general.


Dejando las caricaturas aparte, tienes pinta de estar pasando una mala racha. Tus facciones te delatan.