Parece simple hacer un logotipo a un color para una empresa. Normalmente con nombre y anagrama iría listo: un juego de caracteres con chispa y una imagen relacionada bastaría. Cierto, esa es la fórmula, pero llevarla a la práctica cuesta bastante más. Cuando alguien me pide que le diseñe uno, suelo pensar siempre en lo que quiere y no en lo que me gusta a mí, si algún día le va mal el negocio no me sentiré responsable en ningún caso. Ya fueron tiempos.
Aquí me encuentro, enfrascado en el tema. Llevo once diseños pero ninguno le convence y eso que le pedí unas pautas para no irme por bulerías. La verdad es que tiene un concepto predeterminado en la cabeza y no se baja de la burra, en parte casi mejor ya que evita que me disperse. El problema es que su ideal de anagrama es: la manzana de Apple o el símbolo de Nike!!. Es tonto el chaval: diseño sencillo, claro, reconocido por todos, con cierto aire de culto y respaldado por los críticos más feroces.
Entonces, ¿qué logotipo se puede crear con esas características y que no esté inventado ya? porque, según le expliqué de antemano, no hago imitaciones de nada.
Entre los tres últimos que le envié escogió uno por fin, me pidió modificar algo del texto pero el logo le gustaba. Parece mentira pero el elegido creo que fue el primero que hice, el cual descarté por considerarlo demasiado simple. Ahora, sin demasiadas ideas, aproveché y se lo empaqueté en el último envío con intención de sumar uno más, sin convinción. A mi colega le moló; lo perfilaré un poco y listo.
Si tuviera que elegir yo, me quedaría con seis antes que con este. Sobre gustos no hay nada escrito. Igual mi concepto de diseño de logos está un poco desvirtuado. Es como con la música, hay grupazos de mucha calidad que no suenan nada y otros, limitados, arrasan. Hay que tener duende.