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miércoles, 15 de diciembre de 2010

Mach 2,3

Como ayer por la noche no tenía nada importante que hacer para pasar el rato abrí la web de wikipedia -es mi último recurso antiaburrimiento- y aunque realmente no me acuerdo como empezó la curiosidad, el caso es que acabé haciendo un curso de historia de la aviación supersónica civil y motores a reacción. Sí, ya sé que es un coñazo y desde luego no voy a trasladar a este blog detalles sobre el tema.

Después de dar un paseo virtual por empresas históricas como DeHavilland, Boeing, Aérospatiale, BAC, Túpolev, RollsRoyce, Energy Electrics, SNECMA, ... me dieron las dos y media de la mañana. Sinceramente, nunca he sentido demasiado interés por los aviones pero tengo que reconocer que hoy todavía pienso en ello. La pequeña clase de tecnología aérea ha sido productiva porque me ha permitido conocer un poco la carrera internacional por ser los dueños del cielo y el desarrollo de la ingeniería aeronáutica en el siglo XX. Vale, ya lo dejo.

Espero que en el siglo XXI las empresas españolas formen parte de proyectos de tecnología punta - ya lo hace CASA con Airbus por ejemplo- porque soy de los que piensa que el español ha pegado el estirón y ya no se viene abajo cuando algo se le hace grande. Estamos a la altura -sólo hace falta mucha pasta en I+D- y se demostrará, ganar un mundial de fútbol también ayuda para generar confianza; google dispone de una aplicación con medidores de audiencia que destacan que el acontecimiento más seguido de los últimos años en el mundo ha sido Sudáfrica2010 -por encima de las Olimpiadas de Pekín o el desastre de Haití por ejemplo-; este dato es un resultado de la curiosidad informativa del mundo en que vivimos y lo mucho que nos gusta el deporte en general.

Esta mañana, al levantarme de cama para ir a trabajar, he pensado lo mismo que la mañana de ayer: tengo mucho sueño, hoy me acuesto a las once. Como pasará en la mayoría de hogares, esto nunca se cumple. La curiosidad está enemistada con el cansancio.