Estoy haciendo un diseño para un calendario, es un cartel a 45X33 cm publicitando el bar de un colega. Es el tercer año que se lo hago y como no he ido a sacar unas fotos tendré que ir tirando con las que tengo de otros años. Al final va a parecer igual que los otros.
Aunque se trate de una tontería, cualquier diseño que vaya salir a la luz -quiero decir que pase por la imprenta- me preocupa mucho que mantenga los mismos niveles de color que en el formato de pantalla, el que considero válido cuando entrego el archivo al que me lo encargó y quiero que mantenga incorrupto hasta el final del proceso. Casi nunca lo consigo, no sé si es que me exijo mucho o no doy con los perfiles de color adecuados para ello. Es un poco frustrante la verdad.
Este año he optado por algo poco original pero que suele funcionar: representar una alegoría de las cuatro estaciones para así relacionarlo con el negocio, abierto todo el año con una opción diferente para cada época del mismo. Como el lugar en el que se encuentra situado es zona de verano, el resto del tiempo carece de interés, hace frío y no hay empresas dedicadas a deportes de aventura que podrían tener demanda en sitios como éste; entonces, a falta de masas, hay que mantener a los que ya están y ganar a los posibles. El negocio funciona bien, el dueño monta fiestillas de cada poco, el sitio es agradable y el entorno es magnífico. Se nota poco que he pasado gran parte de mi vida en esa playa y muchos de mis mejores recuerdos ocurrieron allí.