Como ciudadano con derecho a voto que soy, por tener un blog con intención democrática y estar totalmente de acuerdo con los desencantados campistas de la Puerta del Sol me permito la licencia de escribir sobre la política de este país. Ya que creo que a nadie le amarga un caramelito sobre todo cuando el dinero y el poder andan por el medio, considero que hay muy poca gente capacitada para gobernar un pueblo pensando en el bien común. No se trata de afiliarnos al comunismo ni frenar el progreso en beneficio de una sociedad más justa, es más bien una cuestión de altruismo. Supongo yo que a cualquier político de este país que le preguntes como ha llegado hasta ser quien es, te responderá que ayudando a los demás, con mucha entrega y dedicación, procurando ser justo/a en cada decisión y tal y tal. Actúan dentro de la lógica claro está si no se dedicarían a otra cosa. El problema viene cuando de la clase teórica pasamos a la práctica, en el momento de tomar la decisión primero va mi culo y después ya veremos como se lo ocultamos al ciudadano. Aquí sí demuestran su talento. No es una historia de un partido en concreto, es más bien de personalidades.
No tengo intención de soltar una chapa ideológica pero la filosofía de cualquier partido es convencer al votante y desacreditar al rival; con estas dos "grandes virtudes" por bandera es imposible gobernar un pueblo con imparcialidad y justicia, dos cualidades antagónicas a las anteriores pero fundamentales para mí en el arte de representar a los vecinos de cualquier ayuntamiento.