Ayer registré mi blog en una edición digital dedicada a estos temas. Hoy estoy arrepentido porque creo que he traicionado los principios básicos que hicieron posible esta aventura. Dándole vueltas al asunto creo saber la causa: tengo ganas de enseñar lo que escribo. Parece sencillo pero para mí es un arma de doble filo.
Buscando una coartada que me haga sentir mejor pongo como ejemplo cuando invitamos a alguien a venir a casa, si realmente apreciamos a esa gente, la tratamos de la mejor manera posible porque deseamos que vuelvan. Cuando nos es indiferente su presencia prácticamente nos da igual si repiten visita porque nunca nos sentiremos condicionados. Bajo esta opinión es entendible lo que hago, no tiene relevancia, esto no está hecho para los amigos. Ahora bien, hablando de nuevo de principios, esta publicación se supone independiente y tiene que seguir funcionando como tal, haberla inscrito es un modo de exposición que no va conmigo, una operación de marketing en un blog de autoterapia. Sustancias virtuales incompatibles.
Hablando de otra cosa, no entiendo como gente que se denomina a sí misma como deportista no tiene ni puta idea de la composición de los alimentos y su aporte calórico. No es que me considere un entendido del tema pero me parece importante controlar un poco. Tengo un compañero en el trabajo que habla de prácticas deportivas en todo momento: que si va a correr, que si fútbol, partida de tenis, programas relacionados, periodistas reconocidos, ... lleva toda la vida haciendo, viendo y leyendo movidas. Este día me preguntaba si los cacahuetes tenían pocas calorías o si había algún hidrato de carbono que no fueran azúcares. La verdad es que me sorprendió que no lo supiera.