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martes, 1 de febrero de 2011

A6+R4+A4

Es un poco extraño que siendo yo un tío de costa sienta profundo respeto y admiración por la montaña. Majestuosas, imponentes, asoman orientadas al sur de Granada las cumbres de Sierra Nevada. He visto relativamente cerca el Mulhacén -desde el pico Veleta- techo de la penísula; cuando era niño he soñado con poder coronarlo y la verdad es que, a día de hoy, como no soy montañero ni he tenido la oportunidad de ir acompañado por gente experimentada, me contento con verlo a escasos metros y casi a la misma altura -el Veleta anda por 3.390 más o menos-. Sueño prácticamente cumplido.

Este fin de semana lo he pasado con dos amigos en Pradollano, con unas condiciones complicadas debido a la baja visibilidad -niebla y nevando- durante el viernes y sábado pero excepcionales el domingo con sol incluído. La calidad y cantidad de nieve acumulada han sido inmejorables para la práctica del snowboard con espesores de más de cuatro metros de nieve polvo. Más jodido fue el regreso, después de tres días dándole caña al tema para acabar haciendo en coche 1.200 Km de vuelta, llegar a casa y reenganchar con el trabajo sin apenas dormir. Quien algo quiere, algo le cuesta.

Otra historia, cuando encuentro gente que se vanagloria de lo que hace en su tiempo libre, lo bien que lo aprovecha y tal, los fabulosos sitios que visitó menospreciando al prójimo poco afortunado, etc...los dejo hablar; como yo no suelo contar nada de mi vida privada me gusta que se expliquen, mientras, callo y escucho dejando que disparen a dar porque tampoco sufro mal de envidia, el silencio los pone interesantes para hablar más de la cuenta, para presumir. En la mayoría de los casos me decepcionan porque todas las alternativas tomadas durante sus viajes, a modo de aventura, tienen un tufillo a excursión prepago con guión para borregos: este día me acusaban de no saber viajar porque no traía fotos, tengo que decir, no para defenderme, que la mayoría de veces que veo fotografías de gente que se va de vacaciones me parecen poco originales: piscina de turno, monumento de turno, paisaje de turno y comida de turno en restaurante de turno. Como mis fotos no tienen nada que ver con esas prefiero no mostrarlas porque son del color que yo lo veo y en muchos casos difieren de los gustos de la mayoría. A favor de ellos/as diré que muchas veces me arrepiento de no haber inmortalizado momentos importantes pero tampoco se puede estar a todo: o los vives o los retratas. Es un poco como este blog, un pestiño a simple vista: sin fotos, sin enlaces, sin amigos pero que lleva un pedacito de mi vida en el fondo.