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miércoles, 26 de enero de 2011

Diario de un egoísta

Reconozco que soy un tipo con una mentalidad un poco extremista, no me van las medias tintas y suelo poner las cosas en una balanza: o lado bueno o lado malo. A la hora de aplicarlo, sobre la práctica, actúo de forma parecida: o me quedo dando 100% o me voy, odio perder el tiempo porque una vez de tenerlo disponible me gusta ocuparlo con mi familia, el resto es secundario.

Tengo la suerte de poder decidir por mí mismo durante dos tercios largos del total así que soy consciente de mi fortuna, las cosas las hago porque me da la gana y decido donde, cuando, como y porqué. Me da igual lo que hagan los demás con su vida porque tampoco les pido nada, sus formas de actuar pasan para mí desapercibidas en la gran mayoría de casos. Cuando se trata de tender una mano lo hago sin esperar nada a cambio y escogiendo la opción que considero más necesitada a mi modo de ver, los/as pesimistas o victimistas no me van así que suelo huir en esos casos, al igual que huyo de quien dispone de medios y demanda colaboración desinteresada cuando en plenas facultades no colaboraba nunca. Reconozco que soy un poco justiciero o abogado de pleitos pobres según se mire.

En cuestión de intentar convencer a cualquiera de algo, soy horrible. Creo que motivado por mi propia personalidad no me gusta que alguien acceda a algo a base de insistir y mucho menos forzar situaciones; entiendo que he perdido muchas oportunidades en la vida por este motivo pero me siento orgulloso de ello y a la larga podré pensar que he sido un tío forjado a sí mismo, que ha conseguido las metas que ha buscado sin perjudicar -conscientemente- a nadie en el intento. No me motiva nada el dinero, es más, creo que muchas de las injusticias mundiales se deben a ese afán capitalista. Por desgracia no tengo facultades de autosostenibilidad pero ya me gustaría.

El día de mañana leeré lo que he escrito hoy y pensaré que más que egoísta podría ser un romántico, un soñador, un fantasma, un outsider, ... de momento esto es lo que hay, el blog no es más que otra manera de alimentar mi ego.