Aeropuerto de Barajas, Lunes 12 Julio 2010 11:00 am, la selección española de fútbol se ha proclamado el día anterior campeona del mundo. Espero mi vuelo con destino a Menorca, compro un diario deportivo que refleja, en portada y a doble hoja, la hazaña conseguida. Paso a tomar un café a una especie de comedor wifi habilitado por la cafetería. Mientras hojeo ese periódico, hoy histórico, dos mesas más adelante se encuentra una familia desayunando: la madre y las dos hijas, guapísimas las tres, toman zumo y croissants mientras el padre escribe ensimismado en el portátil. Controlo la escena hasta que me doy cuenta que la cara del tipo me resulta familiar, es Rafael Martín Vázquez ex-jugador de fútbol del Real Madrid y de la selección española. Lo vuelvo a mirar y sonrío, me levanto, interrumpiéndo la conversación de sus chicas y la concentración de él, me sitúo delante y lo llamo por su nombre:
- ¿Rafa?, perdona si interrumpo.
- ¿Sí?, me mira con cara sonriente.
- Me gustaría darte la enhorabuena porque también te pertenece. Le muestro la portada del diario con la copa de campeones, lo miro fijamente y le tiendo la mano. Sus nuevos gestos denotan una mayor alegría si cabe.
- Muchas gracias. Me choca la mano y aprieta como si lo agradeciera de verdad.
Me alejo de la jugada y se lo cuento a mi novia que estaba sentada conmigo en la mesa que abandoné un minuto antes. No se da cuenta quien es -no controla de jugadores- pero percibió el saludo sincero del futbolista. No lo volvimos a ver más pero su recuerdo seguirá en mi memoria por la accesibilidad demostrada y aunque suene a demagogia por ser mi jugador preferido cuando era niño aún siendo del equipo rival. Gracias por demostrarme que además de calidad tienes humanidad.