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lunes, 10 de enero de 2011

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En una carta abierta a sus empleados nuestro jefe se despide. Sé que suena a peloteo y tal pero creo que parte de nosotros estamos aquí un poco por él. Sí, seguro que he trabajado duro en estos casi trece años que llevo aquí y he puesto de mi parte para luchar día a día dándolo todo, como la mayoría de trabajadores supongo; ha habido momentos buenos y malos, sueños y realidades, ilusiones y decepciones pero en términos generales estoy orgulloso de pertenecer a esta empresa. He de reconocer, no obstante, que una pieza fundamental de la misma, la parte romántica, hoy ha dejado de existir; por eso una parte de mí ha muerto también con ella y voy a empezar el nuevo año teniéndolo en cuenta. No es que no crea en lo que viene, todo lo contrario, sólo que ya no habrá más corazón. Gracias por darme la oportunidad de haberlo tenido hasta hoy.


En otro orden de cosas, estoy harto de toda esa gente que pretende eclipsar la información que pulula por la red. Es información pública, la misma que sirve para potenciar las mentes de las jóvenes promesas, esas que tanto queremos sean las que levanten el país. Si a una biblioteca le quitas unidades por considerarlas poco éticas estarás también sometiendo a los usuarios a escoger entre lo permitido lo cual supone una realidad mutilada. Por favor, intentemos educar en lugar de prohibir. Aunque bien pensado, ¿quién está preparado para educar en libertad?.